¿A partir de qué cifra están dispuestos a prostituirse Esperanza Aguirre y Artur Mas?

Empecemos con un dato sorprendente. El negocio de la prostitución mueve en España 18.000 millones de euros al año. (Otro dato más sorprendente todavía: el 39% de los españoles afirma haber sido cliente alguna vez de dicho negocio. Algo más de 1 de cada 3 españoles. Eso en términos estadísticos significa que 1 de cada 3 hombres de los que conocemos ha pagado alguna vez por los servicios sexuales de una prostituta. Que cada uno se aclare con quién le viene a la cabeza…). Como sabemos todos, la prostitución consiste en que a cambio de dinero una mujer entrega temporalmente la totalidad o una parte de su cuerpo (en esto último las posibilidades son muchas). Ahora bien, hay otro tipo de prostitución que no es la física. Sino la que podríamos llamar espiritual, en la que lo que uno entrega a cambio de dinero es algo difuso que podríamos llamar alma.

Recientemente pasó por España un archimegapluscuamsupermultimillonario americano llamado Sheldon Adelson que quiere crear en nuestro país un megacentro del juego llamado Eurovegas. Y que está dudando si montarlo en Madrid o hacerlo en Barcelona. Y ambos gobiernos autonómicos están intentando ser ellos los elegidos porque nos venden que será “una gran fuente de dinero y de puestos de trabajo”.

Hasta ahí, nada anormal.

Lo anormal viene cuando uno analiza las condiciones que pone Adelson para crear Eurovegas. Veamos un rápido y breve desglose de las esenciales:

– No pagar las cuotas de sus empleados a la Seguridad Social durante 2 años.

– No pagar nada o casi nada de impuestos municipales, autonómicos y estatales durante 2 años.

– Una ley que le garantice ventajas fiscales inmobiliarias y del suelo durante diez años.

– Una  reforma del Estatuto de los Trabajadores para eliminar la regulación de los convenios colectivos de la gente que contrate.

– Privilegios legales para la contratación de personal extranjero

– Cambios en la legislación sobre la prevención del blanqueo de capitales, con menor regulación de los controles.

– Autorizar la entrada de menores en los casinos del complejo.

– No vigencia en el complejo de la ley antitabaco.

– Autorizar la entrada en los casinos de los ludópatas reconocidos legalmente como tales.

En suma, Adelson pide que nos olvidemos de muchas de las coas en las que creemos. Que nos olvidemos de que todos debemos pagar impuestos, que los trabajadores cuentan con protección, que el blanqueo de capitales debe de ser evitado, que los menores no deben tener acceso al juego, que no se debe fumar en los espacios públicos, que los ludópatas deben de mantenerse fuera de los lugares que mantienen su adicción…

Es decir, que miremos para otro lado y solo veamos el color de su dinero.

Aguirre y Mas nos venden que Eurovegas será una fuente de empleo, el gran mantra del momento actual. En cada declaración pública que hacen hablan del número de empleos que se crearían y del beneficio económico que tendría dicho complejo.

Con lo cual me atrevo a sugerirles otros posibles negocios que también generarían muchos empleos y dinero si, como en el caso de Eurovegas, miramos un poco hacia otro lado y cambiamos las leyes:

1) un gran centro de procesado y producción de cocaína (el negocio de la droga no nota apenas la crisis y generaría muchos ingresos para la ciudad y grandes beneficios en forma de puestos de trabajo directos e indirectos: empleos como camellos para los hombres o como chicas de alterne para las mujeres, más venta de coches de alta gama o dinamización de la industria de los colgantes y relojes de oro)

2) un gran centro audiovisual para la producción de películas pornográficas con menores (otro gran negocio que mueve 20.000 millones de dólares al año y que generaría gran cantidad de empleos y que de paso ayudaría a mitigar el paro juvenil iniciándolos en el mundo laboral desde pequeños)

3) un gran centro mundial de asesinos por encargo (los asesinatos cometidos por sicarios son un negocio creciente y eso generaría muchos puestos de trabajo directos e indirectos para la industria de los guardaespaldas, de los seguros de vida, de los chalecos antibalas o de los fabricantes de ataúdes)

¿Que se tendrían que arreglar algunas leyes actuales para instalar estos negocios? Evidentemente, pero pensemos en los puestos de trabajo que se crearían y en el dinero que se generaría.

Porque justamente eso es lo que Aguirre y Mas, a instancias de Adelson, nos venden sobre Eurovegas. Nos venden que hay que renunciar a aquello en lo que creemos y que hemos establecido para todos con el objetivo de conseguir dinero y empleo. Como si eso pudiera justificar cualquier cosa que hagamos.

Aguirre y Mas nos venden que hay que conseguir como sea tanto dinero y tantos puestos de trabajo. (Agitando además el tan sobradamente demostrado eficaz recurso de “Si no lo hacemos nosotros, se lo llevarán los catalanes” o “Si no, se lo llevará Madrid”). Y con ello en el fondo lo que están haciendo es vendernos a nosotros mismos, vender nuestra alma. Prostituirse ellos y prostituirnos a nosotros mismos.

Lo cual me recuerda una anécdota que leí hace años.

Un tipo mayor se acerca a una chica joven en una fiesta en Nueva York. Y le pregunta (y no, no es Robert Redford en “Una proposición indecente”):

– ¿Se acostaría conmigo por un millón de dólares?

La chica se queda atónita ante la pregunta. Y tras algunos titubeos y pegarle un largo trago al gintonic que lleva en la mano, la chica le contesta que sí, que se acostaría con él por un millón de dólares. Y entonces el hombre le pregunta:

– ¿Y por un dólar?

La chica no se cree lo que acaba de oír. E indignada le grita al hombre:

– Pero oiga, ¿usted qué se cree que soy yo?

A lo cual el hombre le responde:

– Lo que usted es, señorita, lo sabemos los dos. Ahora lo que estamos discutiendo es el precio.

Tener principios está bien. Pero los principios no son principios hasta que te cuestan dinero. Es decir, hasta que tienes que renunciar a dinero por mantener los principios en los que crees. Si no, no son principios, son solo fáciles declaraciones de intenciones.

Son principios cuando dices que no a alguien que te ofrece dinero por pasar una noche contigo, independientemente de cuánto dinero sea. Son principios cuando le dices que no a un Sheldon Adelson que te pide que relajes leyes, te olvides de que pague impuestos, cambies las regulaciones de los trabajadores, dejes entrar a los niños, permitas fumar cuando no se puede en ningún lugar, dejes jugar a ludópatas y no impidas el blanqueo de capitales, y le dices que no independientemente de los beneficios económicos y puestos de trabajo de los que te hable.

Probablemente no son conscientes de ello, pero Aguirre y Mas, como la chica de la fiesta de Nueva York, van a prostituirse y de rebote nos van a prostituir a todos.

Porque lo que pide Adelson para Eurovegas nos prostituye. Porque al final solo es cuestión de saber cuál es el precio a partir del cual renunciamos a aquello en lo que creemos.

Como la chica de la fiesta de Nueva York, solo es cuestión de discutir el precio.

¿A partir de qué cifra estarán dispuestos Aguirre y Mas a prostituirse?

Hagan sus apuestas, señoras y señores.

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