NI UN TÍTERE CON CABEZA.

(Una mirada escéptica de un publicitario a todo lo que intentan vendernos).

¿No decían que los trajes de los reyes no tenían bolsillos porque nunca llevaban dinero?

La figura de un rey es vista con admiración y embeleso únicamente en dos situaciones. La primera, cuando uno es niño y lo ve en los cuentos y le fascinan los castillos, los caballos blancos y las princesas (generalmente esculturales) que suelen acompañar a dicha figura. Y la segunda, cuando uno está delante de un rey de verdad en cualquier acto público y tiene que darle la mano y entonces pasa a sentir un respeto casi reverencial y un relevante estado de deslumbramiento (gente que ha hecho eso con la reina de Inglaterra ha dicho después que era una persona muy simpática, muestra de pérdida absoluta de la realidad tratándose de alguien distante y frío todo lo distante y frío que puede llegar a ser un inglés. Y seguramente el representante de Amaiur en el Congreso que recientemente tuvo audiencia con el Rey habrá enseñado un montón de veces la foto de esa escena a sus amigos en la herriko taberna).

Ahora bien, aparte de esas dos situaciones, ¿qué ocurre realmente en nuestro país con la figura del Rey?

Resulta útil recordar rápidamente una cosa sobre el rey actual. Y es el hecho de que no pudo haber debate público cuando se decidió que volviera la monarquía, lo cual tal vez habría evitado algunas de las cosas que han estado pasando estas últimas semanas.

Es así. La figura de la monarquía no fue objeto de debate público en el momento de la restauración de la democracia. En realidad la vuelta a la monarquía fue establecida por Franco en 1947 para que rigiera de nuevo los destinos del país tras su muerte. Y en 1969 Franco decidió que la monarquía volvería con Juan Carlos como rey, saltándose a su padre don Juan, el heredero natural, que debió de estar tan encantado con la decisión de Franco como nos podemos imaginar.

Pero en realidad nunca hubo debate. La derecha aceptó la monarquía porque lo había dispuesto así Franco. Y la izquierda, pese a ello, porque venía envuelta en un cambio de sistema político que hacía bueno aprobarlo aunque llevara incorporado el apéndice de la monarquía (del mismo modo en que Tita Cervera debió de aprobar al barón Thyssen y sus megamillones aunque llevara el apéndice de su avanzada edad).

Nunca hubo debate público sobre si la restauración de la monarquía era procedente o no. Sobre si ése era el deseo de los españoles o no. Sobre si el modelo de una monarquía parlamentaria era aceptado o no.

Y todo el debate que no ha ocurrido en estos últimos 36 años lo ha empezado a crear de manera involuntaria quien menos podía imaginarse. El hijo de un exdirigente del PNV vasco que además jugó a balonmano durante años en un equipo catalán.

Sí, Iñaki Urdangarin.

Como coletazo del Caso Nóos, la Casa Real ha realizado el movimiento preventivo de publicar las retribuciones del Rey y de todos los demás miembros de la familia real, así como de sus diferentes partidas. Movimiento lógico, por otra parte. Como la mancha de sospecha que ha generado Urdangarin es una mancha de dinero, la respuesta natural es frenarla mediante la difusión pública del dinero que percibe la familia real. (Claro que si la mancha que hubiera generado Urdangarin hubiera sido de índole sexual, no sé que informaciones sobre sí misma habría difundido públicamente la familia real para frenarla. Mejor no fantasear con ello, ya está Jorge Javier Vázquez para esas cosas).

Y como en su día no hubo debate público, la publicación de las cuentas del Rey ha servido a diferentes grupos para intentar establecer una posición sobre ello. E intentar vender y crear en la opinión pública la percepción que mejor coincide con su visión política.

En un resumen sucinto, lo que intentan vendernos vendría a ser más o menos así:

  1. la derecha (que por tradición suele ser monárquica salvo que haya la alternativa de un dictador militar por en medio) vende que el rey sale barato. Y venga a mostrar cuadros comparativos con el coste de otras monarquías europeas al lado de las cuales Juan Carlos y compañía parecen humildes proletarios de pequeños ingresos que deben ir a comprar a los supermercados Lidl y aprovechar todos los cupones de descuento que caen en sus manos
  2. la izquierda más a la izquierda argumenta que no hay control económico sobre los gastos del rey y que hay muchas cosas que no se conocen públicamente sobre su patrimonio (ya sabemos el cariño que tiene la izquierda más a la izquierda por términos como propiedad privada y todo lo que no sea el colectivismo)
  3. la izquierda menos a la izquierda, que es más juancarlista que monárquica, y que como no tiene una postura clara sobre la cuestión y si empezara a debatirla se vería que tiene casi tantas opiniones como dirigentes, pues viene a decir que mejor no abrir el melón de ese debate
  4. los grupos republicanos aprovechan para enaltecer las virtudes de la república en vez de la monarquía parlamentaria, sobre todo en estos tiempos de crisis, como dando a entender que suprimirla generaría un gran ahorro (y silban disimulando cuando se les dice que las tres repúblicas más cercanas, Italia, Francia y Alemania, tienen un gasto anual en la figura del Presidente de la República que multiplica por 27, 14 y 5 el de la Casa Real)
  5. los grupos republicanos independentistas catalanes aprovechan para atizarle a la figura de la monarquía en general y de la del rey en particular, siguiendo su particular fijación con los Borbones que se inició en la cercana fecha de 1714
  6. los grupos más neutros, que no tienen ninguna postura apriorística sobre el tema, alegan que el papel del rey es barato al valorar la relación entre lo que cuesta y lo que aporta en representatividad internacional y gestión de contactos (y que supera con creces lo que podría aportar el presidente de turno, pasajero por definición, y en el caso de Zapatero y de Rajoy, con un nivel de inglés similar al de un donut de chocolate)

El debate se abrió gracias a Urdangarin. Y ahora es el momento de que ese debate pueda cristalizar o no. Y de que se pueda realizar lo que no se realizó en su momento (porque a ver quién le llevaba la contraria a Franco salvo que uno tuviera tendencias suicidas o pasión por picar piedra durante décadas).

Por ejemplo, un argumento que aporto al teórico debate. Desde el punto de vista de los valores actuales de nuestra sociedad, el mecanismo de la monarquía está totalmente alejado de la meritocracia que aceptamos como valor. Es decir, el principio de que uno llega tan alto como lo puedan permitir su capacidad o sus méritos, que son las únicas limitaciones y únicas consideraciones que deberían tenerse en cuenta.

Y bueno, el caso del rey y su puesto de trabajo es lo más distante a cómo funcionan las cosas en el caso de todos nosotros. Porque ocupa su puesto sin que nadie lo haya elegido entre diferentes candidatos en función de su capacidad. Lo ocupa de por vida, lo haga bien o mal (salvo que la reforma laboral que nos propinará en breve Rajoy incluya el despido sin indemnización del rey en caso de bajo rendimiento, extremo que ni el más optimista republicano creo que espera que ocurra). Y su único mérito para haber accedido a ese puesto es haber sido el primer hijo varón vivo nacido de las uniones sexuales entre sus padres.

Este argumento de la meritocracia que comento (así como cualquier otro) sería susceptible de entrar en el debate público sobre la figura de la monarquía hoy en nuestro país.

Ahora bien, ya que el debate ha tenido un origen económico, ¿por qué habría que limitarlo simplemente a la figura del rey? ¿Por qué pararse ahí? ¿Por qué no ampliarlo y seguir con más cosas y replanteárselo todo?

Por ejemplo, ¿para qué un presidente del Tribunal Supremo cuando podría bastar con los jueces de ese tribunal? ¿Y el presidente del Congreso, cuya única función parece ser reñir a los diputados cuando insultan o se pasan de tiempo hablando? ¿Y las diputaciones, ese misterioso organismo que cualquier día analiza Iker Jiménez como ejemplo de extraño ente paranormal? ¿Y la multiplicidad de autonomías, cada una con su Presidente, su TV, su aeropuerto, su camisita, su canesú y sus grandes edificios públicos diseñados por un arquitecto de marca? ¿Para qué aportar dinero público a organizaciones sindicales, partidos políticos o confederaciones empresariales que deberían vivir (o no) de las aportaciones de sus miembros? ¿Para qué las aportaciones del Estado a la Iglesia católica? (Etc, etc, etc, a rellenar según el gusto del consumidor).

Claro que algo así supondría repensarlo todo.

Lo cual tal vez no sería mala idea, ¿no?

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22 pensamientos en “¿No decían que los trajes de los reyes no tenían bolsillos porque nunca llevaban dinero?

  1. Chano en dijo:

    Repensemos, eso es, repensemos. Porque a estas alturas del partido, tengo que pagar más de la mitad de lo que gano (entre impuestos directos e indirectos) a unos señores que me han arruinado y como solución, sólo se les ocurre quitarme más dinero. Yo creía que tenia ideas socialdemócratas europeas, y va a resultar que me están convirtiendo en un liberal (american style) a base de sacarme pasta de la cartera como si fuera un tubo de dentífrico. No pago más, insumisión fiscal ya! Ni rey, ni patria, ni Dios, ni impuestos. No quiero pagar subvenciones a la cultura, ni empresas publicas, ni subsecretarías. Obra pública, sanidad, educación y defensa. Lo demás me sobra. Hasta la Thatcher me está pareciendo razonable, y yo vivía en Inglaterra en la época del «Income tax» y los cierres de las minas. «cuatro ideas y dos huevos» Feliz año para los huéspedes, los parásitos siempre lo tienen.

    • La cuestión, Chano, es que ahora mismo los países europeos que están capeando mejor el temporal son justamente los nórdicos.
      Es decir, aquellos en los que la presión fiscal es la que sabemos todos que es.
      Lo cual en mi opinión indica dos cosas.
      La primera, que si queremos tener un estado del bienestar que sea realmente un estado del bienestar, habrá que pagarlo, y eso solo sale por la vía impopular de los impuestos (recordemos aquello de «if you pay peanuts, you get monkeys»).
      Y la segunda, que la clase política de allí supo hacer mucho mejor las cosas y no les pilló todo esto viviendo muy por encima de sus posibilidades, como nosotros, los griegos, los portugueses, los islandeses, los irlandeses…

      Claro que también ayuda que en la cultura nórdica la corrupción es un anatema público absoluto.
      Y aquí en cambio ya sabemos la permisividad que hay con ello.
      Sobre todo porque da la sensación de que nunca pasa nada.
      Y eso, por mucho que lo repensemos, es bastante más complicado de extirpar.

  2. Maroto77 en dijo:

    «Nunca hubo debate público sobre si la restauración de la monarquía era procedente o no. Sobre si ése era el deseo de los españoles o no. Sobre si el modelo de una monarquía parlamentaria era aceptado o no.»

    Quizás debate público como tal no hubiese, pero al votar en referéndum si se aceptaba la Constitución de 1978 se aceptaron sus artículos con todas las consecuencias: tanto el Título II «De la Corona» como el Título VIII «De la organización territorial del Estado».

    Habría que conocer el dato de cuánta gente votó «sí» sin leérsela, simplemente por dejar atrás las décadas de dictadura de las que venían. Aún así la Constitución fue elaborada mediante consenso de las diferentes fuerzas políticas, que en el fondo debían representar a la totalidad de intereses del país por aquél entonces.

    De todos modos, como se ha comprobado recientemente, realizar cualquier tipo de modificación al texto constitucional es algo que los políticos sólo ven bien cuando les venga impuesto por Europa (casos de sufragio pasivo en las municipales para extranjeros residentes en España, limitación de endeudamiento público), y porque no les quedan más cojones.

    Pero si la petición viene de un debate público, tan sólo se lo plantearían si no fuera contrario a sus intereses. Que no siempre coincide con el interés público por el que todo político, sobre el papel, debería de velar.

    He dicho. 😛

    • Exacto, es como dices.
      Lo de la aprobación en conjunto de la Constitución hacía que de manera implícita se aprobara la monarquía parlamentaria.
      Pero debate público como tal no hubo.
      Se lo cocinaron entre ellos los 7 ponentes de la Constitución, que representaban a las principales fuerzas políticas (con lo cual no hay duda ninguna sobre su legitimidad).
      Y luego la inmensa mayoría de la población votó que sí a la Constitución como un todo, fruto del deseo de libertad política, aunque llevara el apéndice de la monarquía incluido.
      Fue como el ejemplo que pongo en el post de Tita Cervera (ejemplo claramente mejorable como metáfora, pero visualmente ilustrativo).

      Y sí, como dices el interés público no necesariamente coincide con el interés de los políticos.
      Por ejemplo, no sé cuántas iniciativas populares (figura recogida en la Constitución) han tenido éxito de todas las que se han llevado a cabo.
      Seguramente bien pocas.
      Y eso que hace falta para ellas un mínimo de medio millón de votos. Que no los junta uno en una tarde con un par de amigos.
      (Mi sensación es que en general la clase política solo reacciona ante los debates públicos cuando entienden que los riesgos para ellos de no hacer nada son mayores que los de hacerlo).

      No sé, a ver cómo evoluciona esta historia de Nóos y qué consecuencias tiene sobre la figura de la monarquía.
      Creo que ha empezado a rodar la bola de nieve.
      Y no está muy claro dónde y cómo va a parar.

  3. Maroto77 en dijo:

    Ahora bien, si el traje del rey no lleva bolsillos porque nunca usan dinero… y los políticos tienen (digamos) una ligera tendencia a apropiarse del dinero que no es suyo…

    ¿…los trajes de la trama Gürtel llevan bolsillos incluso en la espalda?

    Saludos, y feliz apocalipsis 2012. xD

  4. Soy de familia históricamente muy muy republicana. Por eso cuando hay algún indicio de debate acerca de la idoneidad y continuidad de la corona doy saltos de alegría. Llevo años desencantado por la falta de debate y por el «monarquinismo» absoluto de los partidos influyentes. Si lo de Urdangarín sirve para replantearlo, bienvenido sea. Pero me temo que las fuerzas ocultas taparán lo suficiente para esquivar la situación. De modo que tendremos a Felipe como monarca y luego a la hija de éste. Y así sucesivamente hasta que alguno de nuestros reyes tenga un hijo único verdaderamente tonto e incapacitado (no hace falta que sea ladrón) y así sí estableceremos una reflexión sensata acerca de la conveniencia del sistema monárquico.

    • No sé qué va a pasar realmente (y aquí no hay juego de palabras).
      Creo que una cosa es la repercusión pública del caso Urdangarin.
      Y otra el debate sobre la monarquía.
      Puede que conforme avance la primera se consolide el segundo.
      O puede que no.

      Creo que el caso Urdangarin va a dar todavía mucho de sí.
      Porque hay implicaciones de dinero público, de políticos del PP, de una sensación de que la cosa no puede dar la impresión de que se va a cerrar rápidamente porque esté implicado un miembro de la familia real…
      Y según cómo evolucione la cosa y haya más pasos legales, tal vez el debate sobre la monarquía crezca.
      O no.
      Y en caso de duda acerca de qué hacer, pues que nos lo diga Merkel.

  5. Lo que a mí me contaron en casa es que debate, debate, sólo lo hubo en las Cortes cuando promulgaron la Ley de la Reforma Política, donde los procuradores votaron la ley, que entre otras cosas implicaba poner al Rey o no. Mi abuelo votó que no.
    La meritocracia debería replantearse también para nuestros políticos, que están ahí sin haber trabajado nunca. ¿Cuantos de ellos saben lo que es trabajar y tomar decisiones asumiendo responsabilidades en una empresa, pública o privada? Cuantos saben lo que es hacerse valer, triunfar o cagarla y madurar profesionalmente, para luego poder analizar qué cosas hay que mejorar y porqué? Se forman en un partido y allí se quedan, para acabar trabajando como políticos y cobrando como tales, sin haber trabajado nunca. Eso sí que es como para planteárselo.

    • No puedo estar más de acuerdo.
      Yo mismo he dicho muchas veces exactamente eso acerca de la clase política.
      Que es una clase en sí misma, creada en un ambiente distinto del real y con conocimientos y habilidades para prosperar en ese ambiente que no tienen nada que ver con los necesarios para prosperar en la vida real.
      Y con muy poca gente que haya pasado por empresa y se haya tenido que enfrentar a decisiones y aprendizajes y responsabilidades de la vida real.

      El ejemplo más reciente, Mariano Rajoy.
      Estudiando la carrera hizo oposiciones a registrador de la propiedad.
      Trabajó como tal (poco conocimiento real de gestión de empresas o de trabajadores da eso).
      Y de ahí a la política sin haber pasado nunca por empresa privada.
      Y ahí lo tenemos, de Presidente.

    • Chano en dijo:

      Amigo Carro, usted confunde presión fiscal y esfuerzo fiscal. En España, tenemos uno de los esfuerzos fiscales (cociente entre la presión fiscal y el PIB per cápita) más grandes de Europa. Es decir, tenemos una garrapata al final de cada una de nuestras terminaciones del sistema circulatorio. Es cierto que los países nórdicos pagan algo más, pero no puedes comparar los servicios que obtienen a cambio. Digamos que nuestra relación calidad precio es de risa. Mi mujer y yo, ambos trabajamos, ambos pagamos un muy gran porcentaje de nuestros sueldos en impuestos, y por supuesto, he tenido que pagar una guardería privada porque no teníamos plaza en una pública. Estoy de acuerdo en pagar impuestos claro, lo que me revienta es lo que me dan a cambio de ese dinero. Un rey o un presidente de la república, no entra dentro de lo que quiero comprar con mi dinero. Ya que nos obligan a pagar una cuota muy alta para pertenecer al club, por lo menos que nos dejen decidir sobre qué instalaciones y servicios queremos disfrutar.

      • Chanitoooooooooo, que estás mezclando términos.
        Dices que el esfuerzo fiscal es el cociente entre la presión fiscal y el PIB.
        Pero la presión fiscal es justamente el cociente entre el PIB y lo que se recauda efectivamente de impuestos.
        Es decir, qué porcentaje de la riqueza que se genera en un país se recauda realmente en impuestos.
        (Realmente, o sea, lo que de verdad ingresan las administraciones públicas. Porque el tipo impositivo medio del IRPF puede ser del 25%, digamos, pero si hay fraude fiscal masivo la presión fiscal puede ser del 17%, por decir algo).

        En cualquier caso, éstas son las cifras de presión fiscal de algunos países.
        (Es decir, qué porcentaje se recauda de la riqueza que se genera).
        Se ven claramente las diferencias.

        Países nórdicos.
        Suecia: 48,2%.
        Noruega: 43,5%.
        Dinamarca: 48,9%.
        Finlandia: 43%.

        Estados Unidos (el lugar del liberalismo extremo y de ya sabemos qué educación y sanidad públicas): 28,3%.

        Países del sur de Europa.
        España: 37,2%.
        Portugal: 36,6%.
        Grecia: 31,3%.

        Países con reducida presión fiscal (fijémonos qué tipo de países son).
        Sudáfrica: 26,4%.
        Turquía: 23,7%.
        Pakistán: 10%.

        La relación entre presión fiscal y nivel del Estado del Bienestar parece más que evidente.
        Otra cosa, como bien dices, es lo de la relación calidad/precio que existe aquí entre lo que aportamos y lo que recibimos.
        Pero aquí ya entramos en si el problema no es cómo se gestiona ese dinero.
        Si no hay demasiada elefantiasis de administraciones públicas superpuestas.
        Y si no hay demasiada pérdida de dinero por corrupción.
        O las tres cosas juntas.

  6. Euric en dijo:

    En lo que a JuanCa & Felipe se refiere, el hecho que alguien «por ser hijo de» merezca una vida de reyes (nunca mejor dicho), es 100% contraria a la meritocracia (que apoyo). Pero ser rey tampoco es un chollo, salvo que prescindir para siempre de la privacidad y dudar eternamente del entorno interesado que te rodea, a ti no te importe lo más mínimo.

    Y como concepto de «Monarquía si o no», me pongo a temblar cuando pienso que la alternativa es un Presidente de la República «igual de bueno» que los políticos actuales. Ahí es donde JuanCa & Felipe suben enteros por docenas…

    «Recibo vs pago» y la profesionalidad de la clase política, preferiría que los políticos fueran TAN o más responsables civil, mercantil y penalmente de sus decisiones que un administrador de una SL o SA, un médico o un abogado. Quizá lograríamos mejorar la toma de decisiones y la gestión, lo que redundaría en beneficio de todos (excepto de los truhanes). Y se abriría un nicho más para las aseguradoras…

    Pq de lo que estoy harto, hartísimo, es de un juicio que pagamos todos y que ya va para 3 o 4 años sobre los puñeteros trajes del Gurtel, que me recuerda al juicio contra Al Capone por evadir impuestos, que es de lo único que lo pudieron acusar, y dejando «escapar» responsabilidades mayúsculas sobre dispendios de cientos de millones en aeropuertos cerrados, monumentos inútiles, palacios de congresos (sobretodo «palacios») exagerados o piscinas vacías, que ahora suponen hospitales y escuelas clausuradas, despidos a millares, contratos no renovados y subida general de impuestos y tasas.

    Pero retomando el tema que planteaba de la responsabilidad, ¿pq hoy en día aún aceptamos que alguien con un puñado de votos gestione a su libre albedrío un presupuesto de miles de millones de €? ¿Y pq como político puede prometer A y luego hacer B, sin un despido fulminante de por medio?

    A lo primero, como más lo pienso, más me atrae la idea que un político que tuviera que gestionar (pe: +1 millón € de) presupuesto, antes de presentarse, tuviera que pasar un «MIR», como los médicos y abogados (si no quieres que te opere o te defienda un novato, ¿pq aceptas que un inútil novato gestione el dinero que te recaudan?) . Al fin y al cabo también son un servicio público, allí podrían demostrar su valía por igual, apoyaríamos la meritocracia y luego votaríamos al que quisiéramos, pero habrían pasado un filtro en gestión, idomas, decisión, economía, historia, política, leyes, etc. No hablo de oposiciones con trabajo seguro, sino de un «periodo más examen de ingreso» a la carrera para ejercer de político público. Y si funcionara, incluso podríamos ampliarlo a la Monarquía…

    En cuanto al segundo punto (prometer A y hacer B), vuelvo a la responsabilidad igualada con administradores sociales, pero endurecida por lo público del tema.

    • Euric, la verdad es que tu comentario está lleno de ideas interesantes.
      Por ejemplo, la de que la alternativa a la monarquía da un poco de miedo ante la clase política que adorna nuestro país.
      Aunque a mí me resulta especialmente relevante la que mencionas de la falta de responsabilidad de los políticos sobre sus decisiones de gestión.
      Porque tenemos pruebas evidentes de que hacer las cosas mal no implica ninguna penalización (a diferencia de cualquier otro trabajo de la vida real).
      Lo cual creo que, si yo fuera político, me daría una sensación de impunidad y tranquilidad absolutas a la hora de tomar decisiones.
      Porque sabría que si metía la pata hasta el fondo, tampoco me iba a pasar nada.

      En cuanto a lo del MIR que planteas para que tuvieran que pasarlo los políticos a modo de prácticas formativas, no es mala idea.
      No sé si conoces la ENA francesa, la Ecole National d’Administration.
      Es un centro dedicado única y exclusivamente a formar el alto funcionariado francés.
      Más de dos años de formación y prácticas exhaustivas en los ámbitos que definen luego su actividad pública.
      Economía, derecho, gestión de recursos humanos, técnicas de presupuesto y fiscalidad, negociación, idiomas…
      De ahí salen cada promoción solo unas 100 personas (por eso se le reprocha a veces a la ENA que sea elitista).
      Y han salido varios presidentes y un montón de primeros ministros, por hablar solo de los que han llegado a la cúspide más elevada.
      Y entonces uno piensa en de dónde viene la mayoría de la clase política de aquí.
      Creciendo y subiendo y medrando dentro de la estructura de los partidos, que premia habilidades que no son precisamente las que luego van a tener que utilizar en la gestión pública.
      Y lo comparas con la formación que reciben en la ENA francesa.
      Y piensas que es un milagro que no estemos peor de lo que estamos.

  7. Euric en dijo:

    Carro, conozco la ENA y pensé en añadirlo, pero de haberlo hecho, en vez de un post hubiera escrito un libro en tu blog. Hay que «intentar» ser breve, aunque yo falle en repetidas ocasiones.

    Y efectivamente la ENA no sé si será elitista, pero de lo que estoy seguro es que es insuficiente. Con 100 políticos al año tardaríamos décadas en llenar el Congreso, el Senado (¿para qué? pero esa es otra cuestión), Ministerios, Secretarías, etc. Por eso me incliné por lo del MIR, que sería una convocatoria pública abierta y más democrática.

    Pq lo de la ENA es como ESADE, IESE o Harvard (y te lo dice un esadiano). Están muy bien y su formación es intensa, pero termina por haber un patrón de pensamiento, especialmente en las licenciaturas (actualmente grados). Ya lo comentaba hace años el Dir.Mkt de una multinacional de los detergentes: todo su equipo de PM’s eran excelentes pero un día les planteó una cuestión para resolver en casa… y todos la resolvieron casi igual. El pobre por poco no hizo el infarto. La solución era buena… pero única, cuando la vida no lo es. A partir de ahí decidió contratar licenciados de Esade, pero también de la UB, UAB, Pompeu… Si sólo optaramos por crear una ENA, sería como decirle a Esade que de sus aulas saldrán todos los economistas del país: una aberración para ellos (pese a lo contentos que se pondrían) y para el resto de los españoles. Por eso opté por la solución MIR.

    Y dicho eso, felicidades por tu post, que ya ves que siempre genera comentarios, la más significativa de las declaraciones de éxito.

    Abrazos,
    Èuric.

    • No te preocupes, Euric, que para breve, yo…
      Y siempre me parece que me dejo cosas…

      Lo de la ENA supongo que sería demasiado elitista, pero al final, desengañémonos, los que tiran de todo siempre son un grupo pequeño.
      Paso a paso, y año tras año, probablemente saldrían personas más preparadas para la función pública en todas sus variantes.
      Creo que buena parte del éxito de la ENA justamente está en que salen pocos cada año y eso supone que luego tienen puestos altos asegurados.
      Lo cual da interés para entrar.
      No sé yo si un MIR para acceder a la función pública no sería demasiado masivo. Y si al final no entrarían todo tipo de perfiles…

      En cuanto a lo de la ENA y la uniformidad de pensamiento, estoy de acuerdo y no estoy de acuerdo.
      Estoy de acuerdo en que las escuelas de negocio crean una especie de pensamiento único demasiado estandarizado, como el ejemplo que cuentas.
      (En realidad, de la mezcla de lo mismo sale siempre lo mismo. Y de la mezcla de diferentes salen cosas diferentes).
      Lo que no sé es si algo tipo ENA crearía tanta unicidad de pensamiento.
      En la noción francesa yo la entiendo más como una formación en las habilidades, no en la forma de solucionar las cosas.
      La prueba es que de ahí han salido desde un Giscard D’Estaing hasta un Jospin, que son de lo más opuesto en filosofía política.
      Y Jacques Chirac, Balladur, Jean-Claude Trichet, Juppé, Fabius, Villepin, Hollande, Ségolène Royal…
      Vamos, de lo más dispar en cuanto a cómo afrontar las cosas (pero todos con una sólida formación para afrontarlas).

      En cualquier caso, aquí algo así (fuera una ENA o un MIR) iría absolutamente en contra de los intereses de los partidos, que priman a las criaturas que han crecido dentro de ellos.
      Y son los partidos los que tendrían que aprobarlo.
      Así que sospecho que poco futuro tendría.
      ¿Apostamos?

      Un abrazo.

  8. Euric en dijo:

    JAJAJAJA, vale, apostamos.

    Yo me pido apostar porque la ENA española no existirá antes de 50 años y el MIR antes de pongamos 70 años… A ti te dejo la alternativa :))

    Abrazos.

    • Pues vale, allá que voy yo con mi pronóstico.
      Y además daré una muestra de lo convencido que estoy de él.
      Yo apuesto a que la ENA española existe antes de 5 años y el MIR antes de 7.
      Y para que se vea que estoy convencido de ello, allá va lo siguiente.
      Pondría tu mano en el fuego.

  9. Yo, a los únicos Reyes que quiero en mi casa es a los Reyes Magos. No digo que Juan Carlos lo haya hecho mal, porque pienso que la transición de una dictadura a una democracia estuvo bien tutelada por el Rey (los militares de 1975 tenían mucha tela). Pero ya está. Gracias por sus los servicios prestados y para casa (que no sea la Zarzuela, of course).

    Porque el agravio de comparar la monarquía con el resto de españoles es sangrante. Yo tengo exactamente la misma edad que Felipe. Y durante toda mi vida he ido viendo como este hijo de papá (literalmente) accedía por la cara a una formación y unos privilegios que yo no podría ni soñar: estudiar en las mejores universidades españolas y americanas, coches de lujo gratis (aún recuerdo un Volvo deportivo que le regalaron cuando cumplió 18 añitos mientras yo heredaba el R12 de mi padre), yate, casa de veraneo, piloto de todo tipo de aeronaves, una casa de tropecientas habitaciones cuando todavía no se había casado (¿no podía vivir con sus padres, como todo soltero español que se precie?) etc.

    Según el Artículo 14 de la Constitución Española : Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social.

    Yo creo, sinceramente, que por razón de nacimiento hay unas diferencias a-co-jo-nan-tes.

    • El tema de la monarquía como algo hereditario está tan lejos de los valores que aceptamos hoy que ni siquiera la Casa Real se vería en condiciones de argumentarlo para defenderlo.
      Porque saben que es más bien indefendible.
      Han optado por ganarse la legitimidad, que antes les venía por herencia, por la vía de ganarse el respeto de los ciudadanos mediante lo que hacen.
      Todo eso de la función institucional y la representatividad y tal.
      Justo lo que el caso Urdangarín está amenazando con salpicar y quién sabe si hacer saltar por los aires.
      Por eso la Casa Real está intentando marcar toda la distancia posible con lo que hacía.

  10. JosepP en dijo:

    Hola! yo me declaro catalanista y a la vez monárquico, sí simultáneamente (me presento candidato para cuando la independencia). La función de representación la hacen estupendamente, con más glamour, estabilidad y menor coste (con el tiempo) que el sistema republicano. Es muy importante tener feliz al 50% de la población que lee el Hola, el Lecturas, el Cuore (sí, tú), etc, etc.

    • Hola, Prat.
      No me extraña tu aparentemente contradictoria declaración. Porque al mismo tiempo te declaras como ingeniero y romántico.
      Eso sí, como rey no acabo de verte mucho.
      No sé, me veo más a mí, mira tú.
      Y desde mi trono contemplar cómo tu cabeza rueda cabeza abajo desde la guillotina.

      Tu teoría sobre mantener contenta al 50% de la población que lee revistas del corazón es curiosa.
      Pero en cambio creo que te equivocas sobre lo de mí y el Cuore.
      Yo no leo esa revista.
      Yo solo leo tu libro «Fiber to the home technologies».
      Eso es poesía, sí señor.
      Y con una prosa digna de un rey.

      Hala, un abrazo.

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